De esposa despreciada a CEO empoderada
Dalii Caraballo
Unos kilitos de más hicieron que su matrimonio se hiciera pedazo. ¿O quizás el amor nunca existió en esas cuatro paredes a las que solía llamar “hogar”? Adeline no lo sabía. Lo cierto era que su marido un día le había dicho que no la soportaba más. “Fea” “Gorda”, fueron palabras que no olvidaría jamás. Ella, que había dedicado diez años de su vida a aquel ingrato, que le había dado tres hijos hermosos, ahora sufría el desprecio de quien había jurado amarla y protegerla. Pero la vida no se acaba ...