La Redención del Guerrero Rebelde
Athena
—Como si pudieras huir de mí —se burló el guerrero, levantando su codo doblado por encima del marco de la puerta—. Como si pudieras viajar a cualquier rincón de este universo y pensar que no te perseguiré.
—¿No tienes cosas mejores que hacer? —me mofé, pasando junto a él, pero me atrapó la muñeca con un agarre tan rudo y a la vez gentil que se sentía como plata y luz de estrellas. Pero luego se rió a través del modulador, que sonaba como el sol.
—Me temo que no, princesa. Tu papá está pagando ...
—¿No tienes cosas mejores que hacer? —me mofé, pasando junto a él, pero me atrapó la muñeca con un agarre tan rudo y a la vez gentil que se sentía como plata y luz de estrellas. Pero luego se rió a través del modulador, que sonaba como el sol.
—Me temo que no, princesa. Tu papá está pagando ...