Valeria

Hay una profecía, una profecía que sostiene el destino de dos mundos. En el borde del campo de Lilah, a la duodécima hora de la caída del doce, los tres reyes se unirán, una margarita se perderá, o los mundos desaparecerán.
El Oráculo me dice que estoy ligado a la profecía. Que no puedo alterarla ni cambiarla. Que estoy destinado a ser más grande de lo que soy, pero eso ya lo sabía. Lo he sabido desde los cinco años.
Ahora, ¿puedes adivinar quién necesita morir?
La muerte no me molesta. Dejaré que el mundo arda si eso significa lograr mis objetivos, porque con cada latigazo; él desgarraba mi carne, mientras su risa resonaba por la mansión y mis gritos perturbaban los cielos.
A nadie le importó ayudar, nadie escuchó, definitivamente no los dioses. Entonces, ¿por qué debería importarme a mí?
._.
Eldora. Un mundo tejido por la magia. Envuelto en oscuridad y caos, pecado y engaño. Donde nadie es inocente; donde ambas manos - y dientes - gotean con la sangre de otros.
Y ahí está ella.
Una loba solitaria, observando cómo el mundo se desgarra a sí mismo. Observando el caos, la muerte, la destrucción mientras lucha una guerra mucho mayor, dentro de ella.
¿Qué es lo correcto y lo incorrecto? ¿Qué se considera bueno y malo? ¿Dónde se encuentra ella en este misterio eterno que llamamos universo?
Cubierta de oscuridad y dolor, cuestiona el significado de la vida y la muerte, y su propósito en este mundo de posibilidades infinitas.
Encuentra solo una respuesta: VENGANZA.
ADVERTENCIA: esta historia contiene abuso, pensamientos suicidas, trauma intenso y escenas eróticas. ¡Por favor, no leas si esto es muy desencadenante para ti!