La novia negociada de la mafia
Luna Bailey
—¿Cómoda, nena? —preguntó suavemente mientras acariciaba mi coño con su mano y mordisqueaba mi lóbulo de la oreja.
Sus dedos enviaban oleadas de calor por mi cuerpo. Agarré sus piernas y levanté mis caderas más alto. Él deslizó un dedo dentro de mí, su pulgar presionando firmemente contra mi clítoris. Gemí, presionando mis caderas contra él.
—Así es, Jasmine. Puedes correrte bajo mis dedos. Quiero sentir tu coño apretado contra mí —jadeó con fuerza, su apuesto rostro lleno de excitación—. Voy ...
Sus dedos enviaban oleadas de calor por mi cuerpo. Agarré sus piernas y levanté mis caderas más alto. Él deslizó un dedo dentro de mí, su pulgar presionando firmemente contra mi clítoris. Gemí, presionando mis caderas contra él.
—Así es, Jasmine. Puedes correrte bajo mis dedos. Quiero sentir tu coño apretado contra mí —jadeó con fuerza, su apuesto rostro lleno de excitación—. Voy ...