Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 18: La manada de la Luna Sangrienta desapareció en pocas horas

Avery

—Nada— dije suavemente, con los ojos fijos en el suelo. —Solo... pensé que te ibas.

Sus ojos carmesí se clavaron en mí con una intensidad que me hacía querer esconderme. Esos ojos— parecían ver a través de mí, más allá de todas mis defensas.

—Esta también es mi habitación, solo quiero un de...