Read with BonusRead with Bonus

76

Indiferentes a llantos y ruegos, los lobos condujeron a todos los aldeanos directamente desde la plaza al Bosque Rojo, dejando el pueblo desierto, sumido en un silencio irreal, sólo interrumpido por el galope ocasional de un lobo que se alejaba raudo hacia el sur o regresaba hacia el norte.

En casa...