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52

La puerta del dormitorio se abrió y Hannon asomó su cara somnolienta.

—¿Qué pasó?

—Necesito agua para él. Mi pierna se durmió y me caí de cabeza.

Hannon puso los ojos en blanco y cruzó la habitación hacia la jarra de agua. La levantó y llenó una taza de estaño. Mientras se inclinaba para dársela ...