Domando a la Bestia

Podría salvarlo, pero eso me arruinaría.
La bestia.
La criatura que acecha el bosque prohibido.
El príncipe dragón.
Ha sufrido un destino peor que la muerte. Todos lo hemos hecho. Una maldición puesta sobre nosotros por el rey loco.
Somos un reino atrapado en el tiempo. Cambiantes incapaces de sentir a nuestros animales. Atrapados aquí por un trato entre el difunto rey y un demonio que busca nuestra destrucción.
El único que mantiene vivo este reino es Nyfain, el príncipe dorado de un trono robado. El último cambiante de dragón.
Él es nuestra esperanza.
Él es mi pesadilla.
Cuando me atrapa merodeando en el bosque prohibido, no me castiga con la muerte, como tiene derecho.
En su lugar, me lleva. Me obliga a regresar al castillo como su prisionera. Busca usarme.
Aparentemente, puedo salvarlo. Puedo salvar a todo el reino olvidado, encerrado por el poder del rey demonio.
Pero eso significaría domar al monstruo bajo su piel. Significaría entregarme a él.
Significaría mi ruina.