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Después de un momento, me lanzó una mirada de reojo. —Esas prendas no te quedan bien.

—Tus habilidades de observación son excepcionales —respondí secamente—. Fueron hechas para un hombre.

—De ahí el espacio extra donde debería ir un pene, supongo. —Eres demasiado delgada.

—No por elección. Comerí...