Read with BonusRead with Bonus

18

Se oyó un suave golpe en mi puerta.

—Milady...

Fruncí el ceño. Era la voz de una mujer.

Mis ojos estaban hinchados por el llanto de la noche anterior. Había intentado irme a la cama, como Hadriel me había ordenado, pero los pensamientos de lo que había perdido seguían invadiendo mi mente. Por pri...