Read with BonusRead with Bonus

Capítulo veintitrés

—Domino...

No me moví, no me importaba, todo lo que sabía era que no quería que me despertaran.

—¿Domino? —la voz susurró bruscamente en mi oído. Gemí.

—¡Despierta!

Lancé mi brazo hacia la dirección de la voz, pero no se fue.

—¡Dije, despierta! —dijo la voz—. Antes de que te haga levantar. Gemí...