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Capítulo ochenta y uno

Apuntándole cuidadosamente, ella se cernió sobre él, saboreando los segundos, sus ojos fijos en los de él, la piel alrededor cálida y acogedora, y se lanzó directamente sobre su glorioso y grueso miembro.

Él estaba ansioso y palpitante, y ella gimió cuando él entró por completo.

Lo que ella quería...