Read with BonusRead with Bonus

Capítulo setenta y nueve

—¿Qué más hay? —respondió Katherine—. No puedo obligarte a quedarte.

—Podrías hacerlo... Si quisieras —dijo él.

Ella no respondió. Inclinando su cabeza hacia él, lo miró fijamente y él sintió una punzada involuntaria de admiración por la forma en que ella se estaba manejando ahora. Una punzada de ...