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Capítulo cincuenta y seis

Ella deslizó un nudillo por su mejilla.

—Eres increíble —dijo ella.

Colocando un dedo sobre sus labios, él dijo:

—Aún no he terminado contigo.

Sus ojos se abrieron de par en par cuando él comenzó a moverse de nuevo, empujando dentro y fuera de ella como si no hubiera un mañana lleno de explicaci...