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Capítulo ciento once

—¡Dios, Shay! —continuó Jensen con enojo—. Si hubiera sabido que ibas a ser tan inmadura, no te habría dejado entrar en mi empresa en primer lugar. Así que olvídalo, querida. Este viaje de culpa no solo no va a funcionar. No me importa un carajo.

—Ambos sabemos que eso no es cierto, Jensen —dijo el...