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Capítulo ciento cuatro

—Oh sí. Lo es —dijo Debbie.

—Bien —dijo Katherine mientras comenzaba a caminar hacia la puerta—. Que tengas un buen día, Deb.

—Igualmente, señora Packard.


Katherine no estaba segura de lo que esperaba ver cuando llamó y entró en la oficina de su esposo. Probablemente ...