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37- Ni siquiera tuve que correr para atrapar estas mariposas.

A la mañana siguiente, me encuentro revolviendo mi armario, la frustración aumentando con cada prenda de ropa que tiro a un lado. Gimo mientras lanzo otra falda más a la creciente pila en el suelo. Me encanta esa falda, pero ahora mismo, la odio con cada fibra de mi ser. Ya son más de las diez y tod...