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25- Si fueras un taser, estarías listo para aturdir.

Así que aquí estoy. Sentada en mi coche, estacionada a dos casas de la dirección que saqué del teléfono de Lukas. ¿Por qué a dos casas de distancia? Porque aparcar directamente frente a la casa sería como anunciar ‘¡Hola, estoy aquí para espiarte!’ No es que esto sea menos obvio, pero me hace sentir...