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CAPÍTULO OCHENTA Y SIETE

—Tranquilo, hermano, ella no está acostumbrada a esto —escuché la voz de Reed en el fondo de mis gritos de placer—. No queremos que se vuelva adicta, recuerda que está tratando de ser independiente.

Lucien probablemente había perdido la audición al igual que yo había perdido la maldita cabeza.

Era...