Read with BonusRead with Bonus

OCHENTA Y CUATRO

Cuando abrí los ojos, el avión estaba aterrizando y miré hacia abajo para ver que me habían abrochado correctamente uno de ellos.

—Estás despierta —susurró Reed con una sonrisa.

—No me digas que me estuviste mirando dormir —le acusé somnolienta.

—Haces estos ruiditos lindos y no pude evitarlo— ¡a...