Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO OCHENTA Y TRES

—No puedo creer que acabas de hacer eso —gruñó Lyra, moviendo su cola rubia con enojo.

—Estaba bajo presión, ¿vale? —respondí de manera brusca, aunque en el fondo estaba emocionada por este arreglo.

—Te entiendo, chica —dijo Laura en mi defensa—, si fuera yo, ya me habrían llevado con ellos de reg...