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CAPÍTULO OCHENTA Y UNO

Sentí un escalofrío recorrer mi alma al verlo; tenía los ojos cansados y las lentes de contacto azules que usaba para disimular sus ojos rojos le quedaban bien. ¿Y qué más? Llevaba gafas.

Podía sentir cómo empezaba a cuestionar por qué estaba haciendo todo esto en primer lugar, solo por su aparienc...