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CAPÍTULO CINCUENTA

No entendía lo que querían decir con eso, estaba completamente despierta, y aun con los ojos cerrados, podía sentir todo de manera extra real.

—¡Violet Evanescence Riorson! —la mujer de ébano gritó, su voz reverberando en mi cabeza.

Me había llamado por ese nombre en la puerta, un nombre que recla...