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CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO

Mirándolo, me di cuenta de que me había acostumbrado a verlo con ropa sencilla, un par de pantalones deportivos y, a veces, un par de shorts y una camiseta, tratando de mezclarse con los humanos lo más posible.

Raro, ya que sobrevivía gracias al dolor de ellos.

Pero con nuestras miradas fijas el u...