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CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y UNO

Me acerqué a ella, la calidez que emanaba de su cuerpo me atraía. Lyra estaba enloquecida en mi cabeza por la emoción de encontrarse con su creadora.

Me tomó unos segundos recuperar el control y retrocedí con ira, recordando que ella me había puesto en el camino en el que estaba y del que literalme...