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CAPÍTULO CIENTO SETENTA Y CINCO

Lucien sostuvo mi cuerpo durante todo el vuelo como si fuera a desaparecer en el aire y yo lo permití. Se sentía bien tener a alguien que me mantuviera firme cuando todo lo demás se estaba desmoronando. Todavía no podía creer que la casa en la que habían crecido, hecho tantos recuerdos y gobernado, ...