Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO SESENTA Y UNO

La sensación surrealista de tener a mi hermana conmigo nunca se desvaneció. La acomodé a ella y a su compañero en su habitación antes de llevarla a la mía para que pudiera elegir toda la ropa que quisiera.

Éramos casi del mismo tamaño y sabía que era por el tiempo que pasó en ese calabozo, pero est...