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CAPÍTULO CIENTO CUARENTA Y TRES

PERSPECTIVA DE VIOLET

El poder que fluía por mis venas era lo más adictivo que había sentido; estaba en un estado de euforia, arrancando corazones de lobos, quitando extremidades y gritando en las caras de los hombres lobo enviados tras nosotros.

—¡Violet! —escuché un grito fuerte, haciéndome ...