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CAPÍTULO CIENTO CUARENTA Y UNO

A la mañana siguiente, me levanté muy temprano porque no podía dormir.

La ansiedad estaba en su punto más alto, ya que obligué a Laura y Lyra a dormir y descansar para lo que fuera que el día siguiente nos deparara.

Sentía como si hubiera estado en pausa durante mucho tiempo y finalmente algo iba ...