Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO VEINTICUATRO

Los entrenamientos consumieron tanta de mi fuerza, bueno, de todos en realidad, pero Reed y yo más que nadie, porque enseñar a adultos, a inmortales, era extremadamente difícil.

Estaban acostumbrados a ataques rápidos, a arrancar corazones y decapitar, pero este tipo de defensa requería calma, escu...