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CAPÍTULO CIENTO CATORCE

Los jadeos se extendieron por la sala, incluso Lyra se quedó en silencio de repente.

—¡CIERRE DE EMERGENCIA! —ordenó Reed, su voz resonando en la escalera.

Inmediatamente, la intensidad de las luces disminuyó gradualmente, sumiéndonos a todos en la oscuridad mientras todas las salidas del palacio ...