Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 35

—¡OH DIOS MÍO! Duele tanto— lloré.

—Está bien, está bien, es solo una contracción— dijo el doctor.

—¿QUÉ? ¡Pero es demasiado temprano, no pueden venir ahora, no mientras aún estamos aquí!— grité.

Zane se acercó a mi lado, con el rostro un poco verde, intentando agarrar mi mano.

—Tienes que calma...