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36. Rey de la tierra de los pervertidos

Emara Stone

Beep Beep

Levanto el dedo y, con un suave toque, silencio la alarma de las 6:30 AM en mi teléfono, antes de volver a centrarme en el espejo.

Me aplico rímel y observo cómo mis inexistentes pestañas se alargan y oscurecen. Sin embargo, mi mente está ocupada con pensamientos d...