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183. Trae el cuchillo

Finalmente, después de muchas horas de llantos, oraciones y arduo trabajo, el sonido del llanto de un bebé resonó en la sala de partos.

La Reina Brigid se desplomó en la cama, pálida y completamente agotada.

Después de tomar varias respiraciones profundas, inclinó la cabeza hacia la jefa de las do...