Read with BonusRead with Bonus

113. Confesión

Toran enterró su rostro en el cuello de Brigid, besándola con fuerza, enviando aún más oleadas a través de ella.

Añadió otro dedo, y Brigid sintió que sus sentidos se nublaban de placer.

Se sentía bien. Demasiado bien.

Su estómago se retorció con intensidad, sus piernas se separaron aún más para ...