La Venganza de la Luna Caída

—¡Quédate conmigo! —gritó Alpha Lennox—. ¡Por favor, no me dejes! ¡Te necesito!
Sus palabras envían una punzada al corazón, haciéndome luchar contra la oscuridad. Me concentré en su voz, sintiendo el calor de su presencia envolviéndome como una manta reconfortante. Usando toda la fuerza que me quedaba, combatí las sombras que amenazaban con abrumarme, decidida a responder a su llamado. Forcé mis párpados para abrirlos por un momento.
Unos cálidos ojos azul profundo me miraban fijamente. Estaban llenos de lágrimas no derramadas.
—¡Consigan ayuda! —gritó—. ¡Busquen un doctor! ¡Rápido! ¡No puedo perderla otra vez!
Pude leer la tristeza en sus ojos azules. La urgencia en su voz atravesó la neblina de mi fatiga, encendiendo una chispa de resolución en mí. Luché contra la oscuridad que se acercaba con toda la fuerza que pude reunir, desesperada por asegurarle que aún estaba aquí, aún luchando. Sabía que no había forma de que sobreviviera a la caída.
La madrastra de Amaia la asesinó para tomar el control de la manada. Afortunadamente, la diosa mostró compasión hacia ella y le concedió una segunda oportunidad.
Ahora, renacida tres años en el pasado, Amaia busca a su compañero destinado y jura vengarse de todos los que la traicionaron.
¿Lo encontrará?
¿La ayudará él, o habrá fuerzas desconocidas que los mantendrán separados?