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CAPÍTULO 83

Por un horrible momento pensé que no iba a contestar. Eso habría sido la humillación definitiva. Pero lo hizo. En el décimo timbre.

Sonaba ronco y cansado.

Le dije que debería arreglar para ver a su hija.

—Sí, lo sé, lo sé. La extraño tanto. Simplemente no quería empeorar las cosas.

Le dije que ...