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Capítulo 52: Las raíces del desafío

Cuando el amanecer rompió la tormenta, el huerto ya estaba despierto. Las linternas se movían entre las filas brumosas como luciérnagas flotantes, las voces bajas y constantes mientras las primeras tazas de café pasaban de mano en mano. Las botas crujían en el barro congelado; las lonas ondeaban don...