




CAPÍTULO 5
Capitulo 5
Clara tomo mis manos - ¿Como es tu relación con el?-.
- Lo aborrezco - menti, no podia decirle al mundo que tenia sueños eróticos con mi padrastro - Pero tengo que seguir cerca hasta que me de mi herencia -.
La mujer sonrío - Cuentas conmigo para la difícil misión que te espera -.
Mis pies temblaban como gelatina, odiaba sentir que el podía tenerme bajo su control, no entendía en qué momento el se habia apoderado de mi cabeza y necesitaba salir de ese hechizó para continuar con mi búsqueda.
Habia algo claro, mi mamá me había mentido durante mucho tiempo, segun recuerdo sus relatos , mis abuelos habian muerto y ella habia quedado sola, de mi padre poco hablaba siempre me decía que nos habia abandonado pero el tema era esquivo para ella, como si le incomodar, de niña pensaba que le dolía recordar pero ahora todo cobra un sentido muy diferente ¿Quien era en realidad mi madre?
Llegue a casa cabizbaja, necesitaba empezar a buscar un nuevo paronama y aunque me sentia nerviosa el camino mas cercano eran las oficinas de Jonathan Clapton.
- Tu padre te quiere lista para la noche, hay una cena y quiere que asistas - me informó mi nana que me entrego un vestido dorado con una hermosa sonrisa - El compró este vestido especial para ti, llego esta mañana -.
- ¡Padrastro!- exclame enojada - el no es ni quiero que sea mi padre - me enojaba cuando me trataba de su hija, desde niña siempre supe que era una invasora en esa casa.
- Lo siento, tu padrastro - aclaro mi nana blanqueando los ojos cansada de mis caprichos - El quiere verte en la cena -
- Yo no obedezco sus órdenes, no pienso asistir - subi a mi habitación enojada, no queria ceder, era mi juego y el me estaba ganando, cerré mis ojos y su aroma aun seguia impregnado en mis fosas nasales, ver tan cerca sus labios sentir que me coqueteaba hacian mi corazón latir.
- ¡No puedo!- exclame lanzando todo lo que se encontraba en mi escritorio, tenia que sacarlo de mi cabeza.
Empece a escuchar el desfile de personas llegando a la casa, muchos saludaban a Jonathan con gentileza y devoción, creo que debes tener al CEO mas poderoso de la ciudad en la palma de tu mano.
Tape mis oidos con mi almohada para no escuchar las risas de los invitados mientras un músico tocaba el piano, una rabia entro a mi pecho cuando escuche ese nombre
- Melissa un gusto verte - dijo uno de los hombres - como siempre eres la mas hermosa -.
La mujer tenia una actitud de diva que todos alimentaban a su alrededor, odiaba imaginar su sonrisa triunfalista mientras se sostenía del brazo de Jonathan, sabia que ella era la modelo mas cotizada de la empresa de modas pero ademas una de las mas reconocidas a nivel mundial, una mujer debe aceptar cuando otra mujer es mas bella y este era el caso, Melissa tenia todo lo que a mi me faltaba pero habia algo que yo debia aprovechar y usar en su contra mi juventud, para nadie es un secreto que despues de los 30 años en el mundo de la moda estas de salida y Melissa había tocado ese umbral.
Me coloque el vestido, suena vanidoso pero se me veia hermoso, mi figura se exaltaba con total elegancia mientras un pequeño recogido en mi cabello le daban el toque perfecto al look, el maquillaje lo quise usar mas sobrio, no sabia mucho de como hacerlo tuve que aprender sola junto a mis amigas del internado, asi que use los colores mas claros que encontré en mi paleta, mi belleza era natural en cambio Melissa era un filtro de Instagram caminante.
Baje segura de mi misma, queria demostrarle a esa mujer que no era la mejor, se que fue muy infantil pero desde el momento que la vi en la oficina de Jonathan nació una rivalidad entre las dos y queria poner el decreto de guerra.
Al bajar por las escaleras, se hizo un gran silencio en el salón, los hombres abrieron su boca mientras Sam me miraba de arriba abajo, odiaba su gesto pero ya sabia que le pasaría si intentaba propasarse.
Jonathan que estaba de espaldas giro, puedo jurar que por un segundo mordió su labio inferior pero se arrepintió, Melissa que sonreía feliz se extraño al no escuchar los halagos de los hombres, giro para verme, sus mejillas coloradas decían todo, estaba furiosa y no pude evitar sonreir burlona.
Aaron T el diseñador oficial de la empresa se acerco con una sonrisa - Te ves preciosa - me saludo con dos besos y me pidio tomarlo de su brazo
- Es mi hija Jade, regreso de Francia y trabajara con nosotros - explicó Jonatan bebiendo un poco de su copa
- ¡Hijastra!- se me adelantó Melissa que me miraba con rabia.
Me sentía muy nerviosa al estar con los amigos de la familia, nunca habia estado en una cena de este tipo, no quería cometer ningun error - Mañana empezaré a trabajar en la empresa - suspiré intentando integrarme q la conversación.
- el mismo lugar que algún día ocupo su mamá, Marian - Jonathan sonrío - sera mi secretaria -
- ¡¿Estas loco?!- exclamo Aaron - Ella tiene que trabajar conmigo, es un diamante en bruto y la convertiré en la siguiente Top model del país-
Melissa soltó una carcajada burlona - La clase no se improvisa - susurro mientras bebía de su copa.
- Si lo dices es por experiencia ¿No la pudiste improvisar?- no pensaba dejarme de la diva de medio pelo.
- Pasemos al comedor - Jonathan intento calmar los animos no sin antes aclarar - Jade no sera modelo ¿Entendido Aaron?-, el hombre sonrío retador, odiaba que decidiera por mi, yo era mayor de edad y si quería hacerlo lo haria pero no pensaba dejar una mala impresión debia contenerme.
Nos sentamos en la mesa, Melissa me miraba esperando un error al comer para burlarse, creo que olvido donde estuve los últimos 10 años, sabia usar cada utensilio, copa y demas durante mucho tiempo discutí con las monjas por enseñarme algo que me parecía inútil, en este momento las bendigo porque pude derrotar a mi rival en un campo desconocido.
Desde los mejillones hasta la langosta, pude pasar esa prueba, Jonathan me miraba con orgullo mientras Sam solo bebía y hacia el ridículo con varios tragos en su cabeza, nunca entendí como podian ser tan diferentes, Sam era un irresponsable que dependía económicamente de Jonathan, descuidado e irresponsable, habia cambiado mas de cinco veces de carrera y no se interesaba en la empresa familiar.
Mi madre enamorada halagaba todo lo que Jonathan era, un hombre trabajador y responsable, a pesar de tener una familia de mucho dinero creo su imperio solo sin ayuda de nadie, y es que su mirada tenia una fuerza que lograba embrujarme.
Luego de la cena dónde hablaron de negocios, proyecciones y política, Jonathan nos invito a pasar al salón pars un pequeño coctel, un chico alto de cabello negro y ojos azules se acerco -¿Aburrida?- susurro mientras me daba una copa de vino.
- no es mi mundo, no se porque baje de mi habitación - sonrie mientras bebía la copa, Sam hablaba con Melissa en secreto mientras me miraban y se reían.
- si es por lo que pienso, ganaste esa primera batalla a la diva de la moda - el estiro su mano cordial - Creo que trabajaremos juntos, mi nombre es Diego soy el asistente pasante de tu papá -.
- Padrastro - aclare de nuevo - Mi nombre es Jade - sonrie, Aaron y el eran muy cordiales y me hacian sentir bienvenida.
Diego y yo bebimos un poco mientras me contaba de su vida, nuestras carcajadas debieron escucharse porque Jonathan frunció el ceño y llamo a Diego para que lo asistiera.
Melissa se acerco mientras tomaba un coctel -¿De donde sacaste ese vestido?- pregunto fingiendo sonrisas.
- Eso no te importa - odiaba la hipocresía, era evidente que nos detestabamos su saludo era un insulto.
- Creo que no sabes nada de moda - suspiro mientras tocaba mi hombro - Es un Silvia Tcherassi exclusivo, muchas hemos buscado ese vestido ¿Donde lo conseguiste?- su mirada destilaba odio.
- es mi problema - repetí asombrada del regalo de Jonathan, pensaba que era un simple vestido de noche pero la envidia de Melissa se destilaba por sus ojos.
- Existe un dicho perfecto para esta ocasión - sonrío mientras tomaba una copa de vino del mesero que paso con la bandeja para los invitados - Aunque la mona se vista de seda, mona se queda -
En una mínima distracción lanzo el vino sobre mi vestido - ¡Lo siento me resbale! - exclamo mientras todos me miraban.
Observé furiosa como mi vestido dorado estaba manchado de vino, acababa de dañar mi noche mágica, tome una copa de vino y la lance sobre ella -¡También me resbalé!- exclame furiosa.
Jonathan se acerco avergonzado - Compórtate - su voz de rabia me hizo sentir fatal, era ella quien debia ganarse su regaño, mis ojos se cristalizaron, no le daría el gusto a esa mujer de verme derrotada.
- lo siento debo dejarlos, feliz noche - me despedí mientras subi a mi habitación.
Quería llorar en la soledad como muchas veces lo hice, al abrir lo primero que hice fue quitarme el vestido que estaba arruinado por culpa de la mujer, era la primera vez que sentía la fina seda en mi cuerpo, camine en ropa interior para llegar a la cama pero una silueta me helo la sangr
e
- ¿Que haces aqui?¡Sal de mi habitación!- le grite a Sam que sonreía en la oscuridad.