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¿Dónde quieres la leche?

En la posición en la que estábamos, con una de mis manos la tomé del cabello, con la otra dirigí mi mástil a la entrada de aquella vulva que parecía riachuelo en el momento por las corrientes que fluían. Fui entrando lentamente, muy despacio, permitiendo al grosor de mi falo irse abriendo paso h...