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Desenfreno

Liam no se lo pensó dos veces. La tomó por la cintura y la sentó sobre la barra que delimitaba la exposición.

No sabía cómo acababa de tener un orgasmo hacía menos de cinco minutos y ya su pene estaba duro y listo de nuevo para ella. “Dios, esta mujer va a volverme loco, si es que ya no lo estoy”, p...