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Necesitada

Él no dudó.

La agarró con ambas manos y la jaló hasta su regazo, de modo que quedó contra su pene erecto, que sus pantalones apenas contenían. Él gimió mientras lo hacía, Tem movió las caderas para acercarse a él, frotándose contra su pene para endurecerlo aún más. Ella tomó la mano del príncipe y s...