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Una sola cama

El carro se empapa, los zapatos de Rebecca, el pecho de Liam, en cuestión de segundos se encuentran todos resbaladizos y pegajosos. Ella suelta el botón en cuanto se da cuenta del desastre que está haciendo pero ya es demasiado tarde y se queda observando a su jefe horrorizada.

—¡Dios mío! Discúlpam...