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164. Jodidamente hermosa

DÍA DOS

—Te ves tan hermosa con mi polla dentro de tu boca mentirosa—. Me burlo, alejando su rostro de mi erección y le doy una mirada que solo merece el arte raro.

—Hermosa—. Respiro profundamente.

Las mejillas de Emara se sonrojan de vergüenza, la punta de su nariz se enrojece de humillación...