Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 45

El coche se detuvo, pero mi corazón no. Latía contra mi pecho como un tambor de guerra, tan fuerte que estaba segura de que Hades podía escucharlo.

Se recostó, su sonrisa siempre presente, y me guiñó un ojo juguetón. —Piénsalo —dijo de nuevo.

Mis nervios se retorcieron. —¿Qué te crees, algún tipo ...