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Esta no es mi vida

Mis ojos se centraron en el suelo. No me animaba a levantar la cabeza… Qué vergüenza…

Susan puso una mano en mi hombro. Al mirarla, vi que ella no estaba burlándose, sino que parecía orgullosa de mí.

—Buen trabajo, Susan, me trajiste una chica tal como las que me gustan, tímidas pero calientes. —L...