Read with BonusRead with Bonus

ELLA, OTRA VEZ

MITCHELL

Por suerte, Dorian, no se encontraba muy lejos y tardó un par de minutos en llegar por mí. En cuanto subí a su auto y noto mi rostro desencajado y una furia contenida, manejo directo al bar, sin preguntar nada ni comenzar a hacer sus estúpidas bromas.

El ambiente se sintió tenso todo el cam...