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Capítulo 30 El regalo

Orlando se acercó a Maximiliano con paso firme y solemne. Su voz grave resonó entre los murmullos de la fiesta:

—Llegó el momento del brindis.

Maximiliano lo miró en silencio y asintió. Con un gesto, sujetó la mano de Sabrina y la condujo hasta la mesa principal. Los invitados, atentos y expectan...