Capítulo 3
—Hola, Eve— sonríe mientras me saluda.
Hago todo lo posible por contener mi gruñido. Con los dientes apretados y un tono bajo y amenazante, exijo —¿Qué quieres?
Él trata de ser amable y tranquilizador, pero esto no hace nada para calmarme. —Quiere verte.
—No me importa lo que quiera—. Solo lo miro fijamente mientras uso mi visión periférica para decidir un plan de escape.
Miro a través de la mesa a mis amigas y veo una mezcla de caras emocionadas y enojadas. Se habían perdido algún gran chisme en mi vida después de que dije que no tenía nada en marcha.
Michelle, como de costumbre, es la primera en hablar. —Lo siento, nuestra amiga aquí claramente no nos ha contado los detalles. ¿Quién quiere verla?
—El multimillonario Conrad Strongheart.
Sus ojos están tan abiertos ahora que, con las sonrisas en sus caras, parecen personajes de Disney.
Kimberly instantáneamente adopta su voz dulzona —¿Por qué no te unes a nosotras y nos cuentas todo sobre él y qué quiere con nuestra Eve?
Protesto ya que no saben el riesgo que él representa o que necesitan protección en este momento. —¿Qué tal solo chicas por las primeras dos horas?—. Rápidamente se miran entre sí y se dan miradas cómplices.
—Has sido superada en votos. Él se unirá a nosotras— dice Michelle con orgullo. —Primero, ¿cuál es tu nombre y cuál es tu relación con el Sr. Strongheart?
Él se sienta junto a mí y comienza a dirigirse al grupo. —Mi nombre es Connor, y trabajo en su equipo de seguridad. Mi especialidad es la vigilancia y la inteligencia, así que investigo y recolecto información para asegurar la seguridad del equipo.
Kimberly y Michelle están actualmente embelesadas por sus palabras y parpadeando para llamar su atención. Willow parece estar profundamente en sus pensamientos analizando sus palabras.
—¿Dirige la fundación Strongheart? Hay varios artefactos en exhibición en el museo en el trabajo de su colección.
—Sí, lo hace, entre muchas otras cosas—. Se gira hacia mí ya que ahora puede sentir la hoja que estoy sosteniendo contra su arteria femoral debajo de la mesa. Le hace saber que tengo control de la situación y que si hace algo para amenazarnos, lo mataré o le cortaré su hombría. Comienza a moverse ligeramente en su asiento para alejarse, pero solo aplico un poco más de presión.
Las chicas no notan esta interacción en absoluto, mientras Michelle teclea furiosamente en su teléfono.
—OH. DIOS. MÍO. ¿Es esta su foto? Es hermoso. ¿De verdad es multimillonario? ¿Qué quiere con Eve? ¿Cómo conoció a Eve? ¿Por qué no vino?
Connor comienza a reír. —Son muchas preguntas a la vez. Sí, de verdad es multimillonario. Conoció a Eve hace una semana durante una misión y quedó muy impresionado. Creo que tiene un poco de enamoramiento con ella ya que ha estado merodeando por su casa desde entonces esperando que ella viniera a él. No vino porque trata de mantener un perfil bajo ya que es muy reconocible y por eso me envió a mí.
Con mi ira creciendo, le pregunto lo único que necesito saber. —¿Cómo me encontraste?
—Todos los soldados llevan cámaras, así que tenemos imágenes de ese día. Obtuvimos una captura de ti y la enviamos a un amigo hacker. Él buscó tu foto y encontró tu licencia de conducir. Eso nos dio tu matrícula y tu dirección, así que te seguí hasta aquí—. Connor empieza a mirarme muy preocupado ya que puede sentir que me estoy enfadando más. Sigue tratando de hablar en un tono bajo y calmante, lo cual es difícil cuando le estoy sosteniendo una hoja. —No somos tu enemigo, Eve. Solo quiere verte y asegurarse de que estés bien.
—He estado bien durante años y no necesito de él ni de ninguno de ustedes—. Me levanto para irme escondiendo la hoja de la vista bajo mi chaqueta.
—Sabes que no hará eso.
—Entonces simplemente desapareceré otra vez.
Él agarra mi brazo para intentar detenerme. Uso el cuchillo para cortar su mano lo suficiente como para que me suelte, reciba el mensaje y se aleje. Lo enfundo antes de que alguien en el bar lo note, pero mis amigas me miran con sorpresa. Ahora están muy preocupadas y asustadas ya que nunca me habían visto así antes.
Comienzo a salir furiosa por la parte trasera del bar asegurándome de que mis amigas estén delante, y puedo escucharlo gritar tras de mí.
—Él seguirá buscándote si no vas a verlo y sabes por qué.
—Ya te dije, no me importa lo que quiera ni por qué. No voy a volver.
Tan pronto como el aire frío de la noche me golpea, comienzo a sentir que no hay suficiente aire en el mundo. Se vuelve más difícil respirar y el mundo se hace más pequeño mientras la adrenalina corre por mis venas. Necesito llegar a casa. Necesito llevarnos a un lugar seguro. Las chicas saben que no deben discutir conmigo y se suben al coche.
Mientras salimos, veo a Connor observando desde la entrada, preguntándose si ha hecho lo correcto.