Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 28

A nadie le importaba si estaba herida, y a nadie le importaba si estaba sufriendo.

Cuando Amelia volvió en sí, su herida en la pierna ya estaba vendada, con un lazo bonito encima.

El doctor había acomodado su tobillo torcido, pero aún no podía caminar.

—Cariño, estás herida y no puedes bañarte so...